La violencia y sus bemoles
Requiém poético "La poesía que vuelve como la aurora y el ocaso" Jorge Luis Borges -¡Tontita, no te resfries! La voz resuena en sus oídos y se toma la cabeza entre las dos manos. -¡Tontita, no t resfries! - se recuesta por la pared y se saca las lágrimas con el dorso de los dedos de su mano izquierda. Una dama elegantísima s edoría durante el concierto. Cuando el violín dejaba de sonar, un joven levantaba algo su cabeza y cuando resonanban las notas, ésta regresaba a su lugar de adopción, el hombro de su novia. Otros jóvenes con el pelo largo, recogido en una coleta, cuchicheaban detrás de las personas sentadas en la penúltima fila. Ella por su parte, intentaba seguir la melodía. Se sentía triste y tonta, además tenía sueño. No era ese sueño que es la vigilia y que sueña con soñar como bien lo describiera Borges.Era un sueño como horrible ausencia de sí misma entre q